miércoles, 18 de marzo de 2009

Trip to Kiruna, last day: Ice Hotel

Sí, lo sé, mi producción ha bajado mucho, e incluso es posible que nunca haya llegado a cotas realmente aceptables para la cantidad de cosas que estoy viviendo aquí. Pero tampoco quiero que esto se convierta en una especie de diario que cuente friamente las cosas que me hago en plan, hoy he ido a pescar.... hoy he dado una vuelta con la bici.... hoy me he hecho una duchaja.... sino que quiero contarlas a través de las sensaciones que me dejan, y eso requiere inspiración. La receta para conseguirla es muy sencilla: alcohol y mujeres, pero creo que las cantidades que estoy empleando no son las adecuadas.

Bueno pues para acabar con el increible viaje a Kiruna de hace tres semanas (espero que de aquí al finde pueda poner esto al día) solo quiero comentaros que el día que salimos por las discotecas hice la cosa más lamentable que he hecho en mi vida, estaba yo tan feliz bebiendo mi cerveza cuando de pronto me entro una señora de 60 años, de pronto mis amigos me abandonaron y me empezó a acosarme y decirme que si quería bailar, y ahí llegó el momento cumbre, la dije que no podía porque tenía la rodilla jodida y me fuí cojeando de allí, de hecho no me atreví a bailar en toda la noche por miedo a ser descubierto. Menos mal que al día siguiente en el hotel de hielo se me quitó el trauma que tuve (mucha culpa de ello la tuvo la mirada azul de la camarera).

En todas las discotecas hay Black Jack, los suecos son unos emfermos del juego, increible teniendo en cuenta las mujeres que hay por aquí. Por supuesto, ninguna llega a la altura de los zapatos de cualquier mujer que lea este blog, sobre todo la que comentó "guapooo" en la primera entrada del blog, rogaría que se muestre ahora o calle para siempre.


martes, 10 de marzo de 2009

Trip to Kiruna, trip to frozen nature.

Bueno, pues tras pasar más miedo que vergüenza en la mina de hierro, llegó el plato fuerte del viaje, y casi puede decirse la aventura de mi vida, nos fuimos a pasar dos días en mitad del bosque al lago de un río totalemnte helado.... y fue la ostia.
Para empezar, cogimos unas motos de nieve y unos trineos de perros para llegar al lugar, nos lo pasamos como enanos con las motos, incluso yo me lleve una bronca por estar todo el rato dejando distancia con el de delate y acelerando a saco. Pero, aunque aparentemente las motos de nieve sonaran más emocionantes, yo me quedo con los trineos de perros. La sensación de libertad y de estar en plena naturaleza que te da ir en un trineo de perros sobre un río helado es de las cosas más emocionantes que me han pasado en la vida, una experiencia única que no volveré a repetir, por lo que lo hace más especial. En fin, que al lelgar nos dimos cuenta del engaño (no se como me las apaño pero siempre voy de engaño en engaño). Vimos las cabañas donde ibamos a dormir, y vaya tela, he visto frigoríficos mas cálidos que esas cabañas y con una chimenea con menos tiro que una pistola sin agujero. Con lo cual solo te quedaban dos opciones o morir de frio, o morir axfisiado. Al menos nuestros cuerpos serían las momias cogeladas del nuevo milenio, se tiene que conservar uno muy bien a -30 grados. Pero bueno, que me desvío del tema, la excursión era del tipo rúral en condiciones, no las mariconadas que se hacen en España de ir a una casa en el campo con todas las facilidades del mundo. Yo la verdad es que me descojono cuando una amiga me viene y me dice "Me voy con mi novio a una casa rural a estar en contacto con la naturaleza" ....Pufff, tu vas a follar, que además, es el lo que tu novio está pensando, porque sabes perfectamente que del campo te aburres en media hora y no vais a salir de la casa. Bueno, pues en nuestra Casa Rural tuvimos que cortar la leña para la hoguera, ir al río a por agua, dar de comer a los renos, esto parecía una granja escuela pero sin jugar a la botella y por lo tanto, sin beso. Encima de guía teníamos un lapón que debe ser que no le gusta mucho la gente, y menos los españoles. Por cierto, si querías ir al baño no tenías problemas, tenías todo el bosque para ir, alguno casi se meo encima porque a -30 grados es dificil encontrarsela. Y por la noche... el plato fuerte, después de comer las sobras de la sopa de la mañana con pasta, bajamos al río y allí lo vimos todo, y esta vez no eran gamusinos, era la aurora, blanca, no era de las más espectaculares, pero mereció la pena. Surcaba el horizonte de este a oeste, como un camino iluminado en el cielo que iba cambiando de forma a su antojo, como describiendo curvas inverosímiles en la senda hacia el infinito, hacia la felicidad.



Como no, mi tortilla de patatas no podía faltar al viaje jejeje, más de una estará recordando muy buenos momentos ahora mismo.

Aquí estoy yo escribiendo en mi blog, es que soy de la vieja escuela.










Fotos de la mina de hierro, le verdad es que acojona bajar en el autobús por los angostos caminos. Para los de la logse: angosto=estrecho.

















Aquí estamos, con los perros de los trineos, la verdad es que comparando las fotos, no se quien es más perro.




Y aquí esta, el verdadero sheriff del condado, el puto amo a manos de la moto de nieve más veloz. Tadavía alguna mujer se atreverá a decir que no estoy bueno?????







Personas adultas o niños de 5 años??? La verdad, me cuesta diferenciarles.












Esta era una cuesta que acababa en el río con alguna curva peligrosa, nos tirabamos con esa colchonetilla azul y no veas la velocidad que cogía, nos pudimos comer cualquier árbol, nos pudimos romper algún hueso, pero... y lo bien que lo pasamos!!!



AMÉRICA!!!!!!!!!!!!!


Esta era nuestra pedazo de chimenea, la de tiro por la culata, en ese momento pensé que no volvería con los mismos dedos con los que vine.


Me encanta esta foto, la imagen del muelle totalmente helado con la barca medio abandonada... era la melancolía hecha imagen, me recordó la canción de Los Secretos: Buena Chica.


Dejemos la melancolía y sigamos haciendo el payaso.


A la playa sin toalla. Esta parte del río no estaba totalmente congelado, al fondo se ve como va corriendo el agua, acercarse ahí era muy peligroso, pero la orilla era segura.... mientras no crujiera.

Dos fotos lamentables y, como colofón, la foto fin de fiesta.



jueves, 5 de marzo de 2009

Trip to Kiruna, first day: A la caza de los gamusinos.

Siendo sinceros, nos lo mereciamos. Siempre riendonos de los guiris extraviados por el centro de Madrid buscando no sabe el qué en ningún lugaren concreto. Ese primer día del viaje la cosa cambió por completo. Nos las devolvieron, y todas juntas. Dicen que la venganza se sirve en plato frío, y en ese sentido lo clavaron. En una fria noche a -15 grados nos hicieron subir una montaña totalmente nevada de 300 metros de desnivel con una pendiente criminal con el anzuelo de que veríamos la aurora boreal, ese santo grial que nos hizo recorrer 1000 kilómetros hasta sobrepasar el círculo polar.

De camino a la montaña, todo el mundo que encontrabamos nos decía que la habían visto, que la noche era despejada y que al otro lado podríamos escapar de las luces del pueblo y verla. Pues nada, si se ve, pues nos vamos. Agarramos los pantalones de nieve, las botellas de sangría (que pronto se convertirían en granizado) y nos tiramos al monte, con dos cojones, que para eso somos como niños de 5 años.

Subiendo la montaña me iba dando cuenta de que esto era un engaño, toda esa gente que nos aseguraba que la habían visto no podía haber subido la montaña, que de toda esa gente, habría algún listo que sabía lo que le esperaba y se quedo en la falda de la montaña, o en las faldas de alguna. Pero cuando eres guiri la desesperación por creer que es tu única oportunidad de ver algo único puede más que la inteligencia del mismísimo Einstein. Y hay otra razón poderosa, el egoismo, de la misma manera que la gente que nunca juega a la loteria en todo el año compra el décimo del trabajo en la loteria de navidad por si toca no tener que aguantar felicidad ajena, todos nosotros subiamos por no querer perderse algo que podría ver el que esta a su lado, y nadie podría aguantar eso.
Después de sufrir la pista de esquí lo ví todo, juro que lo ví, estaba el cielo lleno... de gamusinos. Los había de todos los colores: blancos, verdes, rojos... Era impresionante, iluminaban todo el cielo. Allí recordé lo que me reía yo cuando ibamos a cazarlos con amigos incautos en mi pueblo, y solo allí me dí cuenta que simplemente por el buen rato que pasas merece la pena subir una montaña, o cargar con un saco de piedras.



Aquí estoy yo, en bañador y con 15 grados bajo cero, si es que lo que hace uno por cuidar la sangria! Por cierto, porque el único polo que me queda medianamente bien tiene que ser de propaganda????????










Los españoles como siempre liándola, robando un carro (y lo que no era el carro) del supermercado para llevar las cosas a casa.













Después de dar fe de la temperatura exterior a la que nos enfrentamos (-3,6 grados al principio de la "excursión") cuando, ya en la colina, nos tumbamos a ver el cielo (para haber cogido un pasmo), toco sesión de sauna para relajar músculos.